AP.- Una campaña en el Congreso estadounidense para levantar todas las restricciones a los viajes a Cuba podría abrir las puertas a una invasión de turistas estadounidenses.
Y vale preguntarse si un país en el que los visitantes tradicionalmente se quejan de la mala comida, el deficiente servicio y una infraestructura pobre estaría preparado para recibir una cantidad de estadounidenses como no se ve desde los días de Al Capone.
Toda la capacidad hotelera de Cuba está copada por canadienses y europeos.
Los expertos dicen que la llegada de multitudes de estadounidenses subirá los precios y generaría una demanda de vuelos y cruceros que Cuba no estaría en condiciones de acomodar.
Como consecuencia de ello, probablemente el gobierno se vería obligado a restringir las visas para contener la estampida.
"Hay una gran demanda contenida", dijo Bob Whitley, presidente de la Asociación de Operadores de Viajes de Estados Unidos, que se opone a las restricciones. "Tendrá que ser controlada de algún modo por las autoridades de Cuba".
Las dos cámaras del Congreso analizan proyectos que eliminarían las restricciones a los viajes. Cuba apostó al turismo internacional tras la debacle de la Unión Soviética y recibe visitantes de Canadá, Gran Bretaña, Italia, España y Francia.
El volumen de turistas aumentó 9.3% el año pasado, en que llegó a los 2.35 millones de personas, generando 2,700 millones de dólares, 11% más que en el 2007, según el gobierno.
A pesar de la crisis económica mundial, en enero y febrero el turismo aumentó 4.5%.
La llegada de estadounidenses podría generar escasez de alojamiento. El gobierno cubano estableció sociedades con empresas extranjeras como la cadena española Sol Meliá y dispone de 46,000 habitaciones de hotel.
Los servicios que ofrecen estos hoteles no son de primera. Incluso en los hoteles más caros de Cuba, cuesta encontrar cosas básicas como papel higiénico.
Y, como ocurría en Europa oriental en la década de 1970, los turistas se quejan de la atención y de la comida.
"Hay unos cinco hoteles que uno puede considerar lo suficientemente buenos como para los estadounidenses, acostumbrados a cierto nivel de calidad. Pero si ya tienen un índice de ocupación de entre el 60 y el 70% en temporada alta, ¿dónde se va a alojar esta gente?", preguntó John Kavulich, del Consejo de Economía y Comercio entre Estados Unidos y Cuba.
No está claro cuánta gente viajaría a Cuba si se levantan las restricciones. La Sociedad Estadounidense de Agentes de Viajes estimó en el 2007 que, si eliminasen las restricciones, 1.8 millones de estadounidenses visitarían la isla en tres años.
Para controlar la invasión, el gobierno cubano podría restringir las visas. "El gobierno cubano podría decir 'el que ustedes digan que su gente puede venir no quiere decir que nosotros los dejemos entrar' ", dijo Kavulich. "La gente se olvida de que EU no es el único que tiene algo que decir aquí".
Pero muchos turistas estadounidenses serán atraídos por la arquitectura de La Habana, por más que los edificios estén muy deteriorados, y por los autos de los años 50 que siguen recorriendo las calles de Cuba.
Foto: Getty Images
Y vale preguntarse si un país en el que los visitantes tradicionalmente se quejan de la mala comida, el deficiente servicio y una infraestructura pobre estaría preparado para recibir una cantidad de estadounidenses como no se ve desde los días de Al Capone.
Toda la capacidad hotelera de Cuba está copada por canadienses y europeos.
Los expertos dicen que la llegada de multitudes de estadounidenses subirá los precios y generaría una demanda de vuelos y cruceros que Cuba no estaría en condiciones de acomodar.
Como consecuencia de ello, probablemente el gobierno se vería obligado a restringir las visas para contener la estampida.
"Hay una gran demanda contenida", dijo Bob Whitley, presidente de la Asociación de Operadores de Viajes de Estados Unidos, que se opone a las restricciones. "Tendrá que ser controlada de algún modo por las autoridades de Cuba".
Las dos cámaras del Congreso analizan proyectos que eliminarían las restricciones a los viajes. Cuba apostó al turismo internacional tras la debacle de la Unión Soviética y recibe visitantes de Canadá, Gran Bretaña, Italia, España y Francia.
El volumen de turistas aumentó 9.3% el año pasado, en que llegó a los 2.35 millones de personas, generando 2,700 millones de dólares, 11% más que en el 2007, según el gobierno.
A pesar de la crisis económica mundial, en enero y febrero el turismo aumentó 4.5%.
La llegada de estadounidenses podría generar escasez de alojamiento. El gobierno cubano estableció sociedades con empresas extranjeras como la cadena española Sol Meliá y dispone de 46,000 habitaciones de hotel.
Los servicios que ofrecen estos hoteles no son de primera. Incluso en los hoteles más caros de Cuba, cuesta encontrar cosas básicas como papel higiénico.
Y, como ocurría en Europa oriental en la década de 1970, los turistas se quejan de la atención y de la comida.
"Hay unos cinco hoteles que uno puede considerar lo suficientemente buenos como para los estadounidenses, acostumbrados a cierto nivel de calidad. Pero si ya tienen un índice de ocupación de entre el 60 y el 70% en temporada alta, ¿dónde se va a alojar esta gente?", preguntó John Kavulich, del Consejo de Economía y Comercio entre Estados Unidos y Cuba.
No está claro cuánta gente viajaría a Cuba si se levantan las restricciones. La Sociedad Estadounidense de Agentes de Viajes estimó en el 2007 que, si eliminasen las restricciones, 1.8 millones de estadounidenses visitarían la isla en tres años.
Para controlar la invasión, el gobierno cubano podría restringir las visas. "El gobierno cubano podría decir 'el que ustedes digan que su gente puede venir no quiere decir que nosotros los dejemos entrar' ", dijo Kavulich. "La gente se olvida de que EU no es el único que tiene algo que decir aquí".
Pero muchos turistas estadounidenses serán atraídos por la arquitectura de La Habana, por más que los edificios estén muy deteriorados, y por los autos de los años 50 que siguen recorriendo las calles de Cuba.
Foto: Getty Images
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