Chavez: "Confieso que estoy frustrado. Es lamentable. No fuimos capaces de cerrar el acuerdo".
El Universal.- Las negociaciones entre Brasil y Venezuela para la construcción conjunta de una refinería siguen estancadas, pese a las conversaciones sobre el tema sostenidas hoy en Salvador de Bahía entre los presidentes de los dos países, Luiz Inacio Lula da Silva y Hugo Chávez, respectivamente
En una rueda de prensa conjunta concedida en esa histórica ciudad del Noreste brasileño, los dos mandatarios anunciaron su decisión de prolongar por 90 días más las negociaciones entre la petrolera estatal venezolana Pdvsa y su similar brasileña Petrobras en torno al proyecto.
"Confieso que estoy frustrado. Es lamentable. No fuimos capaces de cerrar el acuerdo", afirmó el mandatario venezolano, sin ocultar su decepción, según informó Dpa.
Menos tenso, Lula da Silva expresó su confianza en que los dos países encontrarán un terreno común para permitir la participación de Pdvsa en el proyecto, y afirmó en tono de broma que, si su ministra del Gabinete Civil, Dilma Rousseff, gana los comicios presidenciales de 2010, él asumirá el comando de Petrobras para concretar el acuerdo.
"Si yo logro elegir a Dilma, seré el presidente de Petrobras, Gabrielli (José Sergio Gabrielli, el actual jefe de la empresa) será mi asesor y el acuerdo saldrá", aseveró, con una sonrisa.
Según la edición electrónica del diario "O Globo", un fallo en el sistema de audio permitió a reporteros enterarse de los principales obstáculos a un acuerdo entre las dos empresas, que se refieren al precio del crudo a ser producido por la refinería, al costo de la inversión y a la forma de comercializar la producción de la planta.
Chávez dejó en claro que no pretende vender a Petrobras el crudo venezolano a un precio más bajo que el vigente en el mercado.
"No podemos conceder a Petrobras un precio diferenciado. El precio tiene que ser el de mercado. Así funciona en todo el mundo. Así funciona en Cuba, en Estados Unidos y en Rusia", apuntó.
El presidente venezolano desembarcó hoy en Salvador de Bahía para sostener su sexto encuentro trimestral con Lula da Silva, destinado a firmar nuevos convenios de cooperación en varias áreas y debatir el ingreso de Venezuela al Mercosur, frenado por la demora de los Congresos de Brasil y Paraguay en ratificar el protocolo de adhesión.
Empresas a salvo
Chávez también indicó durante su encuentro con Lula que las nacionalizaciones que ha emprendido el Gobierno venezolano no afectarán a las empresas brasileñas que operan en el país.
En la reunión a puerta cerrada entre ambos presidentes, Chávez expresó de manera distendida que "estamos en una fase de nacionalización de empresas en el país (...) Menos las brasileñas".
Las declaraciones pudieron ser conocidas gracias al mencionado fallo en los sistemas de traducción simultánea que permitió a los periodistas escuchar el contenido de la conversación entre los jefes de Estado.
Chávez aseguró también con una dosis de humor que intentó convencer al empresario brasileño Emilio Odebrecht, presidente del Consejo de Administración de la constructora Odebrecht, de que abrazara la causa socialista, pero el industrial rechazó esa propuesta.
"Yo intenté conversar con don Emilio (Odebrecht) para ir al socialismo. Él se rio y me dijo que no", anotó Chávez.
El mandatario comentó además la reciente nacionalización en el país de empresas de productos siderúrgicos en las que tiene participación la argentina Techint.
Justificó la medida por el hecho de que Techint mandaba acero venezolano para producir tubos en México que después eran vendidos a la Petróleos de Venezuela (Pdvsa) a precios muy altos.
El Universal.- Las negociaciones entre Brasil y Venezuela para la construcción conjunta de una refinería siguen estancadas, pese a las conversaciones sobre el tema sostenidas hoy en Salvador de Bahía entre los presidentes de los dos países, Luiz Inacio Lula da Silva y Hugo Chávez, respectivamente
En una rueda de prensa conjunta concedida en esa histórica ciudad del Noreste brasileño, los dos mandatarios anunciaron su decisión de prolongar por 90 días más las negociaciones entre la petrolera estatal venezolana Pdvsa y su similar brasileña Petrobras en torno al proyecto.
"Confieso que estoy frustrado. Es lamentable. No fuimos capaces de cerrar el acuerdo", afirmó el mandatario venezolano, sin ocultar su decepción, según informó Dpa.
Menos tenso, Lula da Silva expresó su confianza en que los dos países encontrarán un terreno común para permitir la participación de Pdvsa en el proyecto, y afirmó en tono de broma que, si su ministra del Gabinete Civil, Dilma Rousseff, gana los comicios presidenciales de 2010, él asumirá el comando de Petrobras para concretar el acuerdo.
"Si yo logro elegir a Dilma, seré el presidente de Petrobras, Gabrielli (José Sergio Gabrielli, el actual jefe de la empresa) será mi asesor y el acuerdo saldrá", aseveró, con una sonrisa.
Según la edición electrónica del diario "O Globo", un fallo en el sistema de audio permitió a reporteros enterarse de los principales obstáculos a un acuerdo entre las dos empresas, que se refieren al precio del crudo a ser producido por la refinería, al costo de la inversión y a la forma de comercializar la producción de la planta.
Chávez dejó en claro que no pretende vender a Petrobras el crudo venezolano a un precio más bajo que el vigente en el mercado.
"No podemos conceder a Petrobras un precio diferenciado. El precio tiene que ser el de mercado. Así funciona en todo el mundo. Así funciona en Cuba, en Estados Unidos y en Rusia", apuntó.
El presidente venezolano desembarcó hoy en Salvador de Bahía para sostener su sexto encuentro trimestral con Lula da Silva, destinado a firmar nuevos convenios de cooperación en varias áreas y debatir el ingreso de Venezuela al Mercosur, frenado por la demora de los Congresos de Brasil y Paraguay en ratificar el protocolo de adhesión.
Empresas a salvo
Chávez también indicó durante su encuentro con Lula que las nacionalizaciones que ha emprendido el Gobierno venezolano no afectarán a las empresas brasileñas que operan en el país.
En la reunión a puerta cerrada entre ambos presidentes, Chávez expresó de manera distendida que "estamos en una fase de nacionalización de empresas en el país (...) Menos las brasileñas".
Las declaraciones pudieron ser conocidas gracias al mencionado fallo en los sistemas de traducción simultánea que permitió a los periodistas escuchar el contenido de la conversación entre los jefes de Estado.
Chávez aseguró también con una dosis de humor que intentó convencer al empresario brasileño Emilio Odebrecht, presidente del Consejo de Administración de la constructora Odebrecht, de que abrazara la causa socialista, pero el industrial rechazó esa propuesta.
"Yo intenté conversar con don Emilio (Odebrecht) para ir al socialismo. Él se rio y me dijo que no", anotó Chávez.
El mandatario comentó además la reciente nacionalización en el país de empresas de productos siderúrgicos en las que tiene participación la argentina Techint.
Justificó la medida por el hecho de que Techint mandaba acero venezolano para producir tubos en México que después eran vendidos a la Petróleos de Venezuela (Pdvsa) a precios muy altos.
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