La madre del adolescente, en medio de su dolor, sólo exigió justicia
Sin fuerzas para mantenerse en pie, desesperada, temblorosa... desorientada, llegó Roxana González a la morgue de Bello Monte. Lo hizo porque debía retirar el cuerpo de su hijo menor, a quien le habían asesinado a tiros el martes a las 8 y 50 de la noche, en el sector El Campito de Petare.
Entre sollozos, Roxana sólo pedía justicia. "¡Ayúdenme, por favor!, a esos asesinos los tienen que agarrar... yo fui a denunciar, pero los funcionarios lo que me dijeron fue que buscara yo misma información y que cuando tuviera algo les avisara para ellos procesarla y buscar a los asesinos de mi bebé", dijo mientras el llanto la vencía y nerviosa batía las piernas.
A su hijo de 17 años -recién cumplidos- lo mataron porque al parecer se negó a entregar su celular, uno que recién le había regalado su mamá por haber aprobado el primer año del ciclo diversificado.
"Yo le había regalado un teléfono caro y un anillo, porque ya se me iba a graduar de bachiller... cómo me lo matan así, tanto malandro que hay en la calle y vienen a quitarme a mi bebé, un muchachito sano, responsable y estudioso", recordó Roxana en medio de su desconcierto.
A su hijo lo interceptaron cuando el martes salió de su casa para hacerle un mandado a la abuela. Ella no tiene precisa la hora en la que ocurrió el hecho, sólo sabe que a las 8 y 50 de la noche del martes, la llamaron desde el teléfono de su hijo para decir que lo acababan de matar. Ella, que estaba en su negocio -una panadería ubicada en la avenida Principal de El Llanito-, se comunicó con su madre y le confirmaron la noticia.
Como supo que a su hijo se lo habían llevado hasta el hospital Domingo Luciani, Roxana tomó una mototaxi y se fue por su cuenta. "Yo llegué primero. A mi muchacho lo montaron en un carro y lo trasladaron. Cuando lo vi llegar me quería morir. Quería cambiar mi lugar con el de él para que aún estuviera vivo... ya estaba muerto", agregó Roxana vencida ya por el llanto.
El muchacho recién había cumplido sus 17 años, el pasado 8 de agosto le habían celebrado su cumpleaños. Era el menor de cuatro hermanos.
Estudiaba en el Colegio José Bolívar, ubicado en el barrio El Nazareno de Petare. "Yo lo llevaba y lo buscaba. Era un muchachito sano, sin vicios, sin enemigos", aseguró Roxana.
De acuerdo con lo que le dijeron a ella, los matones responden a los alias de "Jacob" y "Marco".
Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas adscritos a la subdelegación de El Llanito fueron los que abrieron la averiguación.
Según se conoció, ellos comenzaron ya las labores de investigación y ya tienen adelantadas algunas hipótesis. Asimismo, se supo que manejan información de los maleantes.
María Isoliett Iglesias / El Universal
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