¿Cocaína y martinis en Wall Street? No es nada nuevo por ahí.
¿"Los amos del universo" admitiendo que tienen problemas de alcohol? Eso no es tan común.
Reuters.- Expertos dicen que más y más personas que trabajan en finanzas están buscando un tratamiento contra la adicción, mientras la crisis económica global afecta grandes apuestas en la industria donde la confianza es el nombre del juego y nadie quiere admitir debilidad.
"Absolutamente vemos más personas que llegan donde Bernie Madoff hablando de una pérdida de trabajo, un brusco giro en las finanzas o de grandes inversiones", dijo Sigurd Ackerman, director médico del departamento de rehabilitación del hospital de Silver Hill en New Canaan, Connecticut.
"Están siendo admitidos con depresión o por abuso de fármacos, o ambos", agregó.
Ackerman sostuvo que hubo una alta concentración de profesionales financieros en la ciudad, a 60 kilómetros de Nueva York, cuyas calles principales están alineadas con finas tiendas que son frecuentadas por las esposas de importantes gerentes y banqueros.
"Se supone que ibas a ser un amo del universo, que ibas a estar en la cima de todo", afirmó uno de los ejecutivos de servicios financieros que comenzó en agosto su rehabilitación por alcoholismo.
"No hay mucha sensibilidad a la rutina o a las reuniones cuando estás sentado y preguntas como se sienten", dijo el ejecutivo de Connecticut, que prefirió el anonimato. "Nadie camina por ahí diciendo: 'Siento tu dolor'", indicó.
El alcohol ha estado presente por mucho tiempo en el circuito de Wall Street, donde los banqueros trabajan largas jornadas y entretienen a sus clientes con cenas y tragos, o los acompañan a clubes nocturnos donde hay licores fuertes y drogas.
Robert Curry, fundador de "Turning Point for Leaders", una firma consultora en New Canaan que genera programas de tratamiento para ejecutivos de alto rango, dijo que la crisis financiera era un factor en el mayor uso de drogas y alcohol.
"Tenemos más de 50 hogares en custodia en esta ciudad y eso es insólito", dijo Curry. "Los incidentes de violencia doméstica han aumentado, y eso está estrechamente relacionado con el abuso de fármacos", señaló..
En medio de una batalla por el divorcio, el ejecutivo de Connecticut pidió ayuda a Turning Point. Un programa de rehabilitación residencial fue sólo el primer paso en una serie de medidas que se extenderían en al menos un año e incluyen consejería de seguimiento y grupos de terapia y apoyo.
Curry es un ex ejecutivo financiero que comenzó a trabajar hace dos décadas con dependientes de fármacos, en ese tiempo su padre murió y se dio cuenta de que él mismo tenía un problema con el alcohol. Pese a la recesión económica, las exigencias siguen aumentando.
"Las compañías se están reduciendo", dijo el ejecutivo. "Los presupuestos están siendo recortados y aún estamos buscando una mejora en nuestros negocios", sostuvo.
Entre quienes buscan ayuda para rehabilitarse se incluyen banqueros, hombres de negocios y doctores y la mayoría son hombres.
ADICTOS A LA ADRENALINA
Harris Stratyner, sicólogo de los Centros de Tratamiento Caron, una prestigiosa fundación de tratamiento a la adicción sin fines de lucro con oficinas en Manhattan, dijo que las estrellas del mundo financiero eran más propensos al riesgo y a comportamientos extremos por naturaleza.
"Hay una necesidad de adrenalina conectada con la economía", dijo Stratyner. "¿Por qué hay tantas personas atraídas a ese mundo?, No todas, pero varias, ya son adictos a la adrenalina y están buscando los extremos", explicó.
Stratyner dijo que la ansiedad económica puede empujar a las personas hacia el extremo, pero también permite que los adictos racionalicen su comportamiento, culpando al estrés o declarando que no pueden costear un tratamiento.
"Hay mucha gente fuera que está inconsciente (...) agradecida de que exista un problema, para que alguien tenga realmente una excusa para drogarse", indicó Stratyner.
Stratyner aseveró que enfermedades mentales y de adicción, que a menudo van de la mano, cuestan cerca de 171.000 millones de dólares a Estados Unidos cada año en pérdidas por productividad laboral.
Joseph Califano, un ex secretario de Salud de Estados Unidos, que fundó el Centro Nacional para la Adicción y Abuso de Sustancias en 1992, dijo que la ansiedad elevaba claramente el riesgo de usar fármacos en todos los estratos socioeconómicos.
La gente bebe más en tiempos difíciles en la economía, dijo, Califano, pero los bancos y otras firmas financieras no han hecho lo suficiente para ayudar a que sus trabajadores den abasto con sus responsabilidades.
"Hay un estigma enorme y vergüenza", afirmó Califano. "No es una decadencia moral, es una enfermedad", concluyó.
Otro ejecutivo, de 64 años, que se está recuperando del alcoholismo y trabaja en Wall Street también prefirió el anonimato debido al posible estigma.
"No es fácil que alguien reconozca sus problemas", manifestó. "Si tienes una serie de ocasiones donde no recuerdas partes de la noche, esa es una pequeña advertencia de que tal vez necesitas ayuda. La otra, es si te ocurren cosas embarazosas", dijo.
Un mes en rehabilitación cuesta desde 25.000 dólares en Caron, hasta cerca de 60.000 dólares en finas instalaciones privadas. Curry dijo que la mayoría de los clientes pagan en efectivo por razones de privacidad.
"Es más de lo que me gustaría", dijo el ejecutivo. Pero "es menos caro que perder tu trabajo (...) menos caro que perder un cliente o perder tu familia, o perder tu casa o tener problemas con la ley", afirmó.
¿"Los amos del universo" admitiendo que tienen problemas de alcohol? Eso no es tan común.
Reuters.- Expertos dicen que más y más personas que trabajan en finanzas están buscando un tratamiento contra la adicción, mientras la crisis económica global afecta grandes apuestas en la industria donde la confianza es el nombre del juego y nadie quiere admitir debilidad.
"Absolutamente vemos más personas que llegan donde Bernie Madoff hablando de una pérdida de trabajo, un brusco giro en las finanzas o de grandes inversiones", dijo Sigurd Ackerman, director médico del departamento de rehabilitación del hospital de Silver Hill en New Canaan, Connecticut.
"Están siendo admitidos con depresión o por abuso de fármacos, o ambos", agregó.
Ackerman sostuvo que hubo una alta concentración de profesionales financieros en la ciudad, a 60 kilómetros de Nueva York, cuyas calles principales están alineadas con finas tiendas que son frecuentadas por las esposas de importantes gerentes y banqueros.
"Se supone que ibas a ser un amo del universo, que ibas a estar en la cima de todo", afirmó uno de los ejecutivos de servicios financieros que comenzó en agosto su rehabilitación por alcoholismo.
"No hay mucha sensibilidad a la rutina o a las reuniones cuando estás sentado y preguntas como se sienten", dijo el ejecutivo de Connecticut, que prefirió el anonimato. "Nadie camina por ahí diciendo: 'Siento tu dolor'", indicó.
El alcohol ha estado presente por mucho tiempo en el circuito de Wall Street, donde los banqueros trabajan largas jornadas y entretienen a sus clientes con cenas y tragos, o los acompañan a clubes nocturnos donde hay licores fuertes y drogas.
Robert Curry, fundador de "Turning Point for Leaders", una firma consultora en New Canaan que genera programas de tratamiento para ejecutivos de alto rango, dijo que la crisis financiera era un factor en el mayor uso de drogas y alcohol.
"Tenemos más de 50 hogares en custodia en esta ciudad y eso es insólito", dijo Curry. "Los incidentes de violencia doméstica han aumentado, y eso está estrechamente relacionado con el abuso de fármacos", señaló..
En medio de una batalla por el divorcio, el ejecutivo de Connecticut pidió ayuda a Turning Point. Un programa de rehabilitación residencial fue sólo el primer paso en una serie de medidas que se extenderían en al menos un año e incluyen consejería de seguimiento y grupos de terapia y apoyo.
Curry es un ex ejecutivo financiero que comenzó a trabajar hace dos décadas con dependientes de fármacos, en ese tiempo su padre murió y se dio cuenta de que él mismo tenía un problema con el alcohol. Pese a la recesión económica, las exigencias siguen aumentando.
"Las compañías se están reduciendo", dijo el ejecutivo. "Los presupuestos están siendo recortados y aún estamos buscando una mejora en nuestros negocios", sostuvo.
Entre quienes buscan ayuda para rehabilitarse se incluyen banqueros, hombres de negocios y doctores y la mayoría son hombres.
ADICTOS A LA ADRENALINA
Harris Stratyner, sicólogo de los Centros de Tratamiento Caron, una prestigiosa fundación de tratamiento a la adicción sin fines de lucro con oficinas en Manhattan, dijo que las estrellas del mundo financiero eran más propensos al riesgo y a comportamientos extremos por naturaleza.
"Hay una necesidad de adrenalina conectada con la economía", dijo Stratyner. "¿Por qué hay tantas personas atraídas a ese mundo?, No todas, pero varias, ya son adictos a la adrenalina y están buscando los extremos", explicó.
Stratyner dijo que la ansiedad económica puede empujar a las personas hacia el extremo, pero también permite que los adictos racionalicen su comportamiento, culpando al estrés o declarando que no pueden costear un tratamiento.
"Hay mucha gente fuera que está inconsciente (...) agradecida de que exista un problema, para que alguien tenga realmente una excusa para drogarse", indicó Stratyner.
Stratyner aseveró que enfermedades mentales y de adicción, que a menudo van de la mano, cuestan cerca de 171.000 millones de dólares a Estados Unidos cada año en pérdidas por productividad laboral.
Joseph Califano, un ex secretario de Salud de Estados Unidos, que fundó el Centro Nacional para la Adicción y Abuso de Sustancias en 1992, dijo que la ansiedad elevaba claramente el riesgo de usar fármacos en todos los estratos socioeconómicos.
La gente bebe más en tiempos difíciles en la economía, dijo, Califano, pero los bancos y otras firmas financieras no han hecho lo suficiente para ayudar a que sus trabajadores den abasto con sus responsabilidades.
"Hay un estigma enorme y vergüenza", afirmó Califano. "No es una decadencia moral, es una enfermedad", concluyó.
Otro ejecutivo, de 64 años, que se está recuperando del alcoholismo y trabaja en Wall Street también prefirió el anonimato debido al posible estigma.
"No es fácil que alguien reconozca sus problemas", manifestó. "Si tienes una serie de ocasiones donde no recuerdas partes de la noche, esa es una pequeña advertencia de que tal vez necesitas ayuda. La otra, es si te ocurren cosas embarazosas", dijo.
Un mes en rehabilitación cuesta desde 25.000 dólares en Caron, hasta cerca de 60.000 dólares en finas instalaciones privadas. Curry dijo que la mayoría de los clientes pagan en efectivo por razones de privacidad.
"Es más de lo que me gustaría", dijo el ejecutivo. Pero "es menos caro que perder tu trabajo (...) menos caro que perder un cliente o perder tu familia, o perder tu casa o tener problemas con la ley", afirmó.
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