EFE.- El nuevo Gobierno de Honduras advirtió hoy de que la restitución del depuesto Manuel Zelaya en la Presidencia no es negociable, horas antes de la llegada al país del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, que ha estado precedida de incidentes aislados. Seguir leyendo el arículo
Una bomba hizo explosión de madrugada en un restaurante de comidas rápidas cerca del aeropuerto de la ciudad, que solo causó daños materiales, y la Policía hondureña también investiga el origen de al menos siete disparos hechos anoche, durante el toque de queda, contra las instalaciones del Ministerio Público en la capital.
Se desconoce a que hora llegará Insulza a Tegucigalpa a bordo de un avión de la Fuerza Aérea de Brasil, que ha prestado apoyo logístico a lo que será el primer contacto de un organismo internacional con el Gobierno que asumió el poder tras la destitución de Manuel Zelaya como presidente de Honduras.
El nuevo canciller de Honduras, Enrique Ortez, dijo hoy que si Insulza "viene a exigir la restitución del presidente Manuel Zelaya, mejor que no venga", porque eso "no es negociable".
Según dijo ayer Insulza desde Guayana, el propósito de su viaje es que quienes ejercen el poder desde el domingo "cambien lo que han estado haciendo ahora y encuentren maneras de retomar la normalidad".
Insulza se reunirá con representantes del Poder Judicial de Honduras, diputados y representantes de sindicatos, según fuentes diplomáticas. También con el Comité Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras, según dijo su asesor Rafael Alegría.
"Ningún organismo internacional puede intervenir en un país para quitar o poner un presidente, porque esa es una atribución de los pueblos", subrayó hoy Ortez, quien manifestó que el Gobierno que encabeza Roberto Micheletti, hasta el domingo pasado titular del Congreso y perteneciente al Partido Liberal, el mismo que Zelaya, está dispuesto a asumir posibles sanciones de la OEA.
Si a Honduras se le separa de la OEA por no restituir a Zelaya como presidente "no pasará nada, ya lo hicieron con Cuba y no pasó nada, Fidel Castro enfrentó esa situación", dijo.
Insulza, que al parecer permanecerá unas 24 horas en Honduras, informará a su regreso del resultado de su visita a los miembros de la OEA y si la situación no ha cambiado, el organismo tomará las medidas pertinentes.
El aislamiento internacional del Gobierno de Micheletti, que impuso un toque de queda nada más llegar al poder, a lo que se sumo el miércoles la suspensión de garantías constitucionales, es total.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos expresó hoy su "profunda preocupación" por la suspensión de los derechos fundamentales y la detención de personas en Honduras.
En un comunicado, la CIDH reiteró que "la suspensión de derechos procede solo en situaciones excepcionales fijadas taxativamente por la Convención Americana sobre Derechos Humanos."
El Gobierno de Venezuela, que es el abanderado de la lucha por la restitución de Zelaya, anunció el jueves por la noche que ha ordenado la suspensión del suministro de combustibles venezolanos a Honduras a través del programa de Petrocaribe.
Varios países han retirado o llamado a consultas a sus embajadores en Tegucigalpa y los organismos internacionales de crédito han anunciado la suspensión de desembolsos o nuevas financiaciones a Honduras, hasta que Zelaya sea restituido.
El embajador de España en Tegucigalpa, Ignacio Rupérez, llegó hoy a Madrid tras ser llamado a consultas por el Gobierno ante la situación que vive Honduras y nada más llegar comenzó los primeros contactos con altos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Rebeca Patricia Santos, ministra de Hacienda del Gobierno hondureño depuesto, que representa a su país en una reunión de ministros de Finanzas de América que se celebra en Chile, dijo hoy que las medidas de los organismos internacionales de crédito pueden costar a Honduras entre 300 y 450 millones de dólares.
De Zelaya lo único que se sabe es que ayer estaba en El Salvador y que se propone regresar a Honduras, acompañado de varios presidentes, como los de Argentina, Cristina Fernández, y Ecuador, Rafael Correa, después de que finalice el ultimátum de 72 horas dado este miércoles por la OEA a las nuevas autoridades hondureñas.
Ese plazo termina exactamente a primeras horas del sábado.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, dijo anoche que Zelaya puede regresar a su país "por tierra, aire o agua".
Desde que fue detenido y obligado a salir del país, Zelaya ha estado en Costa Rica, Nicaragua, Estados Unidos, Panamá y El Salvador, países donde ha recabado apoyo para su causa.
El nuevo presidente Roberto Micheletti dijo ayer que prefería que Zelaya no regresase al país para evitar un derramamiento de sangre.
"Para la tranquilidad y la paz del país, yo preferiría que él no entrara, para la paz y la calma; yo no quiero que haya una gota de sangre derramada por nuestro país", expresó Micheletti el jueves en una rueda de prensa en la Casa Presidencial.
A quienes acompañen al presidente depuesto "los vamos a recibir con todo cariño, a él también, porque es hermano, pero él tiene algunos delitos que tiene que pagar ante la justicia", por lo que será detenido, reiteró el nuevo mandatario.
El Ministerio Público acusa a Zelaya de cuatro delitos relacionados con una consulta mediante la cual pretendía instalar una Asamblea Constituyente y que fue declarada ilegal por diversos órganos del Estado, pero que quedó frustrada por su derrocamiento.
En París, la Interpol aseguró hoy que no ha recibido ninguna petición en torno a la emisión de una "alerta roja" para la captura del depuesto presidente hondureño.
Quien llegó hoy a Tegucigalpa es la premio Nobel de la Paz 1992, la guatemalteca Rigoberta Menchú, para acompañar a las organizaciones de derechos humanos de Honduras.
La premio Nobel guatemalteca dijo que espera estar "el tiempo suficiente" en el país y que está abierta a conversar "con todos los que se acerquen", aunque evitó dar más detalles hasta que sostenga alguna entrevista con interlocutores que no precisó.
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