"Primero busca evitar que unos adulantes pudieran usar su nombre para algunas empresas piratas, por llamarlo de alguna forma y que ya es harto sabido que a él se le ha criticado por esa búsqueda de notoriedad, narcisimo, culto a la personalidad y tomó la decisión para evitar que lo sigan criticando. Se está curando en salud", son las conclusiones a las que llega el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Simón Bolívar (USB), Herbert Koeneke, consultado sobre la razones que llevaron al presidente Hugo Chávez, a prohibir el uso de su nombre, imagen y figura para la identificación y designación de obras de infraestructura".
El decreto N° 7.836, publicado en la Gaceta Oficial N° 39.556, del pasado 19 de noviembre, "prohibe el uso del nombre, imagen y figura del Presidente de la República para la identificación, nombre y denominación, caracterización, tipificación, calificación y designación (...) de la obras de infraestructura de cualquier naturaleza".
"El Presidente está tratando de evitar que con todo el desastre que ha habido en constructoras y empresas por corrupción e ineficiencia, que alguien por congraciarse le pusiera el nombre de Constructora Hugo Chávez", recalca Koeneke.
La norma advierte "que la imagen del Presidente, conforma parte fundamental del perfil ilustrativo de la institución presidencial, y como tal debe ser empleada bajo controles que permitan la debida identificación, en cuanto al honorable rol del mandatario, de conformidad con la Constitución".
"El decreto con rango, valor y fuerza de ley Orgánica" justifica la prohibición "con el supremo compromiso y voluntad para lograr la mayor eficacia política y calidad revolucionaria en la construcción del Socialismo".
La orden presidencial incluye "construcciones, edificaciones, establecimientos, recintos, instituciones educativas y médico asistenciales de cualquier nivel, vías de comunicación, lugares públicos y cualquier tipos de inmuebles (...) que se encuentre asignada o de cualquier forma atribuida" a la administración pública".
Además la prohibición de usar la efigie y nombre de Chávez también alcanza a "los bienes muebles de cualquier naturaleza, uso y destino; así como de cualquier tipo o clases de bienes, materiales o inmateriales" de órganos del Estado.
El profesor de la USB recuerda que reconocidos estudios de expertos en comportamiento han concluido "que el Presidente tiene una vocación de auto exaltación, de culto a la personalidad, de narcisismo, al punto que el casi algunos analistas han dicho que se compara con Bolívar, quizás esto (el Decreto) es una forma de evitar que se siga diciendo que el un promotor de culto a la personalidad i está tratando de restringir que algunos adulantes hablen de la época de Chávez".
La resolución de cumplimiento obligatorio también prohibe "a las organizaciones políticas, sociales y comunitarias" usar el nombre e imagen del presidente Hugo Chávez "para la identificación, nombre, denominación, tipificación, calificación y designación de organizaciones, sociedades, bienes, obras, proyectos, programas, actividades políticas o sociales, campañas publicitarias o propaganda, o en afiches, fotografías u otros similares". "Sólo previa autorización" de Chávez podrá usarse su nombre e imagen "para actividades políticas o sociales, campañas publicitarias o propagandas, o en afiches, fotografías u otros similares".
Herbert Koeneke considera que Chávez quiere evitar que lo asocien con situaciones como la ocurrida en Anzoátegui, tras los comicios legislativos del pasado 26 de septiembre. "Fue una derrota humillante para el chavismo, quizás él está tratando de evitar que otros gobernadores y alcaldes que están muy mal visto por pésima gestión o por corrupción puedan usar su nombre como una manera de venderse publicitariamente", explica el polítologo.
A su juicio resulta contradictorio que el Jefe de Estado por un lado tome esta medida y en la Gaceta Oficial cuando refrenda los decretos y se recogen los años de la independencia y la Federación agregue "y 11 años de la Revolución". Esta coletilla aparece en los decretos presidenciales desde enero de 2008. A mediados de 2007 ya acotaban: "En plena revolución".
"Eso es también un culto a la personalidad. Eso lo deberían haber prohibido. ¿Quienes festejan la supuesta revolución entre comillas? Eso es parte de un culto de la personalidad", señala el profesor Koeneke.
El Universal
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